Cuerpos, complejidades y conquistas cotidianas.
¿Te has preguntado alguna vez cómo sería haber crecido sabiendo, de verdad, que tu cuerpo es maravilloso tal como es? ¿Cómo habría cambiado tu adolescencia, tu mirada en el espejo, tus conversaciones con tus amigas, si alguien —un adulto de confianza— te hubiera dicho con claridad: “tu cuerpo no necesita ser arreglado”?
Eso es lo que propone «Tu cuerpo es único y es extraordinario. ¡Aprende a quererlo!«, de la australiana Jess Sanders, con las preciosas ilustraciones de Constanza Goeppinger. Y lo hace desde la raíz: desde la infancia, desde esa etapa donde las creencias se plantan y crecen. Porque construir una autoestima corporal sólida no empieza a los catorce, ni cuando aparece la primera crítica, ni cuando Instagram o la red social de turno, empieza a señalarte. Empieza mucho antes.
Desde las primeras páginas, «Tu cuerpo es único y es extraordinario» deja claro su posicionamiento: es un libro escrito desde el prisma femenino, pero con los brazos bien abiertos. No es un texto que señale, sino que acompaña y que no excluye. Aquí caben las niñas, los niños, las criaturas no binarias, las que aún no lo tienen claro y las que lo tienen clarísimo. Caben los cuerpos anchos, delgados, altos, bajos, los que van en silla de ruedas, los que tienen una cicatriz, los que a veces no les gusta cómo se ven.
La autora no impone un estándar de belleza alternativo: lo que propone es derribar todos los estándares y recuperar la relación con nuestro cuerpo desde un lugar de respeto, amor y cuidado.
Una de las grandes fortalezas del libro está en cómo representa la diversidad corporal de manera orgánica. No hay cuerpos que “destaquen” por ser diferentes. Todos los cuerpos, todos los rostros, todas las expresiones conviven con naturalidad en las páginas.
Las ilustraciones de Constanza Goeppinger hacen aquí un trabajo sobresaliente: hay cuerpos con vitiligo, con prótesis, con cicatrices, cuerpos que menstrúan, cuerpos musculosos, cuerpos trans, cuerpos neurodivergentes… Pero nada se señala con una flecha ni con una moralina. Están ahí, habitando las páginas con alegría, con fuerza, con ternura. Como en la vida real. Como debería ser siempre.
Además, se incluye una variedad de colores de piel, peinados, expresiones de género y situaciones cotidianas que permiten que cualquier lectora o lector pueda sentirse identificado en algún momento.
Y si no se ve reflejado, al menos aprende algo: que el mundo es más grande de lo que nos enseñan las pantallas.
Todas y todos tenemos retos distintos (y también superpoderes)
El texto de Jess Sanders destaca porque no idealiza. No dice que todo sea fácil, ni que baste con repetir tres veces al espejo “me gusto” para cambiar una vida de complejos.
Pero sí propone herramientas. Pequeñas frases poderosas. Imágenes que resuenan. Mantras que se quedan pegados, como “Tu cuerpo no es para que te guste: es para vivirlo”.
Y eso, para una personita de 5, 7 u 11 años que empieza a notar miradas, comentarios o dudas internas, puede marcar la diferencia.
El libro no niega que haya días difíciles. Pero recuerda que incluso en esos días nuestro cuerpo sigue siendo nuestro hogar. Y que no necesitamos cumplir con expectativas ajenas para merecer cuidado y respeto.
Un recurso útil para el día a día…
Este libro tiene esa rara cualidad de los buenos libros: crece con quien lo lee.
En la primera infancia, puede ser su primer acercamiento a la idea de que su cuerpo es valioso, incluso si no se parece al de su serie favorita.
Para una preadolescente, puede convertirse en una herramienta para defenderse de los comentarios crueles.
Para un niño que empieza a notar que no encaja del todo con lo que se espera de “ser niño”, puede ser una puerta a la aceptación.
Para una madre, un padre, un cuidador responsable, puede ser el recordatorio de todo lo que aún arrastramos sin querer… Y también una oportunidad para sanar desde otro lugar.
Ideal para acompañar distintas etapas y situaciones
Uno de los mayores aciertos de Tu cuerpo es único y es extraordinario es su versatilidad. Es un libro que sirve:
Para prevenir: leerlo antes de que los complejos aparezcan.
Para reparar: cuando ya hay dudas o inseguridades.
Para acompañar: cuando alguien cercano está pasando por cambios corporales, de salud, de identidad.
Para celebrar: porque también hace falta hablar de lo que nos gusta de nosotros, de lo que funciona, de lo que disfrutamos.
No es un libro que dé soluciones mágicas. Pero sí abre la puerta a conversaciones profundas y necesarias. Y lo hace sin dramatismos, con un lenguaje claro, directo y amable.
Es ideal para compartir en casa, leer en voz alta, volver a hojear cuando algo duele, y regalar a quien queremos que crezca libre y con autoestima.
Desde Pequeñ@s Libronautas te decimos: sí, este libro merece un sitio en tu biblioteca familiar.
Libros como este no son solo necesarios: son urgentes. Necesitamos libros que digan, alto y claro : tu cuerpo no es un problema. No tienes que encajar. Ya eres valios@. Ya eres suficiente.
Porque aprender a quererse no es un lujo: es un derecho.
Lo tenéis disponible en castellano editado por el sello Serres (Molino), podéis encontrarlo haciendo click aquí.
Y editado en catalán, traducido como: «Estima el teu cos: Amb el teu cos pots fer coses increïbles», publicado por Bindi Books, haciendo click aquí.